Pareja de personas mayor junto con enfermera o terapeuta

Senectud: las distintas etapas de la vejez explicadas en un concepto

La senectud hace referencia a la última etapa de la vida de una persona y es sinónimo de tercera edad, vejez o ancianidad. Su nombre también refiere a la última de las siete etapas de la vida, que comprende de los 60 a los 80 años o más, antiguamente, se consideraba que en esa etapa se alcanzaba la sabiduría y la capacidad de emitir juicios.

Esta etapa se determina por la edad biológica (edad funcional de los órganos y sistemas) y la edad cronológica (edad del cuerpo desde el nacimiento), algunas de las características de la senectud son: aumento de la presión sanguínea, piel más fina y menos flexible por la pérdida de colágeno, debilitación de huesos y músculos, deterioro de las funciones de los órganos sensoriales y la llegada de la menopausia en la mujer y la andropausia en el hombre. (Clínica Universidad de Navarra, 2023)

En qué se diferencia con la senilidad

Cabe mencionar que si bien la senectud y la senilidad se entienden como un sinónimo de los cambios y procesos del envejecimiento, hay quienes señalan que la senectud hace referencia a los cambios psicológicos y la senilidad a los cambios físicos. (Editorial, Equipo (27/05/2020). «Significado de Senectud)

Basados en esta premisa, y teniendo en cuenta lo especificado por la Fundación Mapfre la senectud también refiere los cambios cognoscitivos.

Cambios que llegan con la senectud

Uno de los aspectos relacionados con la cognición es la memoria, en este caso se refiere que la pérdida de memoria relacionada con la edad no es tan general, tan solo existe un deterioro en cuanto a la velocidad del proceso, es decir que las personas mayores se demoran más en recordar nuevas cosas.

Del mismo modo, y contrario a la creencia de que las personas mayores no pueden aprender cosas nuevas, los estudios mencionan que son perfectamente capaces de aprender nuevas destrezas, pero el proceso requiere un tiempo mayor que el de una persona joven. Esto se debe a una disminución de la capacidad de la memoria de corto plazo.

Asimismo, si bien las habilidades cognitivas tienden a reducirse, las personas mayores son poseedoras de un gran conocimiento pragmático, que se ha acumulado como producto de la experiencia, lo que provoca que se inclinen más por experiencias ya vividas y relacionadas con su pasado.

En conclusión, la senectud emerge como un proceso multifacético que abarca tanto los cambios psicológicos como los cognitivos asociados con el envejecimiento. Si bien los efectos del tiempo pueden manifestarse de diversas maneras, la experiencia acumulada y el conocimiento pragmático son activos invaluables en las personas mayores.

La comprensión y el respeto hacia las distintas etapas de la vejez son esenciales para construir una sociedad inclusiva y empática, donde la senectud se reconozca como una fase rica en potencial y dignidad.

En La Casa fomentamos el respeto por las personas mayores y los acompañamos en el proceso de los cambios físicos, cognitivos y psicológicos que afrontan en esta etapa de vida, sin olvidar que son personas con gustos y preferencias individuales que requieren de apoyo asistencial para mantener su bienestar integral. 

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